Tras un recuento ajustado, los liberales pierden votos, pero alcanzan el mínimo de escaños necesarios para gobernar en solitario
Tras más de una semana de recuento de papeletas debido al complejo sistema electoral australiano la coalición liderada por el primer ministro Malcolm Turnbull ha obtenido los 76 escaños que le permitirán gobernar en solitario, por lo que no necesitará llegar a acuerdos con alguno de los grupos minoritarios del Congreso.
Pese a aumentar un 1,6% el número de votantes con respecto a las pasadas elecciones, los laboristas de Bill Shorten sólo alcanzará un máximo de 69 escaños. Shorten reconoció su derrota el pasado domingo y su intención de trabajar con el renovado gobierno de Turnbull “en los puntos en común” por el bien de los australianos.
Turnbull confirmó que habrá algunos cambios en el equipo de gobierno, ya que algunos de los anteriores miembros han perdido sus escaños. Los compromisos de los laboristas durante la campaña electoral incluyen impulsar un plan de empleo e incentivos fiscales para las empresas, con el objetivo de reducir el déficit presupuestario. Para lograrlo deberá superar las reticencias de un Senado en el que han conseguido asientos One Nation, partido de tintes xenófobos, y el independiente Nick Xenophon, contrario a algunas políticas de Turnbull.
Fotografía: Parlamento australiano en Canberra